sábado, 27 de diciembre de 2008

Las producciones españolas

Vamos a odiar un poco otra vez, que falta hace en este mundo quejarse un poco de las cosas para que cambien. Y casualmente vuelve a ser por motivos de cine. Si hace poco odié a los críticos, hoy odio a los productores españoles. O mejor dicho, a la no existencia de los mismos. Porque es una gran diferencia ver empezar una película americana que una española.

Por todos es sabido que cuando una película empieza, lo primero que salen son los sellos y logos de las productoras que han colaborado. En el caso americano, siempre puedes ver la Metro Goldwyn Mayer, Columbia Tristar, Filmax, Jerry Bruckheimer Films o alguna de las muchas que hay sueltas por ahí. Y a veces ver un sello u otro parece que te da algo de confianza, que sabes que lo que vas a ver ha sido seleccionado por una productora de renombre y que puedes esperar algo de calidad, al menos a priori.

Pero ponte a ver el comienzo de una película española. Con cosas así, sabes de antemano que la producción no puede ser muy buena. Si han colaborado mil y un productoras y organismos, algunos de risa, el presupuesto tiene que ser escaso por narices. Por ejemplo, en Los Cronocrímenes (2007), te encuentras con esto:



No sé por qué, pero siempre aparece el sello del Ministerio de Cultura de España, y algún gobierno autonómico o ayuntamiento local. Vale, ruedan en 'sus dominios', pero no entiendo por qué lo ponen. Al fin y al cabo, pagan para poder rodar ahí, no es que les estén devolviendo el favor.

En fin, que parece que prácticamente fuera de Almodóvar y Amenábar, el menú de cine español no tiene dinero. Eso sí, una idea original aunque haya poco dinero, te puede llevar muy lejos. Como esta de Los Cronocrímenes, que lo único bueno que tiene es el argumento. Con algo más de presupuesto podría ser una película de culto del cine español. Pero para ser la opera prima de Vigalondo, está bastante bien.

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