lunes, 3 de noviembre de 2008

FCF #3: Cíclope el superfrecuente

Con un día de retraso, espero que sepáis disculparme, llega la tercera entrada sobre Física en la Ciencia Ficción. Seguimos metidos de lleno en las películas de superhéroes, añadiendo a la lista de cintas vistas Superman III (1983), y sin entender una vez más por qué le han dado ese toque de comedia que tan mal le queda, para mi gusto. Pero hoy no toca hablar de alienígenas con ropa azul ajustada y capa y calzoncillos rojos, sino de uno de los mutantes más famosos: Cíclope de X-Men.

Para situarnos un poco en atmósfera, ni que decir tiene que los mutantes son los superhéroes más fáciles de inventar: simplemente nacieron así, puede que por obra del Flying Spaghetti Monster y Su Apéndice Tallarinesco. Deidades aparte, cabe señalar que Cíclope nació con la facultad de lanzar rayos de luz destructora color rubí por sus ojos, habilidad que se le descontroló cuando se golpeó la cabeza de pequeño en un accidente de avión. Siempre que su cuerpo esté cerca de una fuente de energía (desde un enchufe hasta la energía solar), "metaboliza" esa energía y la expele por los ojos. Por suerte, él es inmune a sus propios poderes y cuando cierra los ojos el rayo se interrumpe. Para evitar estar todo el día con los ojos cerrados, lleva unas gafas con cristales de rubí que filtran esos rayos y los hacen inofensivos.

Vayamos a lo nuestro, la física. Suponiendo de que algo así puede existir, ¿qué potencia podría llegar a tener ese rayo? Investigando un poco por ahí, llegué a una web en la que contaban que Cíclope era capaz de lanzar rayos hasta una amplitud de 30 metros, a una distancia de 17 metros ejerciendo una presión sobre el objeto alcanzado de 1.500 kilogramos por centímetro cuadrado. Desconozco la veracidad de esta información, pero como dudo que nadie pueda medirlo nunca, aceptamos pulpo como animal de compañía.

Pasemos a los numeritos. Para calcular la longitud de onda que tendría esa todopoderosa luz, primero deberíamos multiplicar esa presión por 9,8 m/s2 (la aceleración de la gravedad terrestre). Ese producto nos da un resultado de 14.700 N/cm2, una presión más que considerable. Supongamos que el ojo humano, o al menos la superficie que vemos de él, es de unos 5 cm2, dato que multiplicado por el anterior nos da que la fuerza de los rayos de nuestro ojijunto amigo alcanza la friolera de 73.500 Newtons. Sí, una auténtica burrada. ¿Qué energía produciría eso? Tan fácil como multiplicar la fuerza por la distancia de 17 metros: 1,25·106 Julios. Casi nada.

Apartándonos del hecho de que una energía así sería capaz de fundir fácilmente el rubí de las gafas de Cíclope (cuyo punto de fusión está cercano a los 2000 Kelvin, unos 1700ºC), calculemos la longitud de onda que tendría una luz de esas características. Gracias a la relación de Planck y a la radiación electromagnética, llegamos a la siguiente expresión:

Donde E es la energía, h es la constante de Planck (6,6·10-34 J/s), c es la velocidad de la luz en el vacío (3·108 m/s) y λ es la longitud de onda. Despejando para obtener λ, vemos que la longitud de onda de los rayos de Cíclope es de 1,6·10-31 metros, 10 trillones de veces más pequeña que el tamaño de un núcleo atómico. Para alguien no muy docto en física, le vendrá bien saber que la de los Rayos Gamma, la producida en ciertos fenómenos astrofísicos y radioactivos muy violentos, es del orden de 10-12. Vamos, que si los ojos son el espejo del alma, Cíclope debe tener muy pocos amigos.

(Click en la imagen para ampliar)

Pero vayamos más allá. Como todos bien sabemos, los rayos de Cíclope son de color rubí, pero para simplificarlo tomemos que son rojos, dentro del espectro de luz visible. Ya tenemos otro dato: la frecuencia de onda del color rojo es de unos 700 nanómetros. Con la expresión formulada anteriormente, vemos que la energía que produce esa tonalidad alcanza los 2,83·10-19 Julios. La energía de los rayos de Cíclope son en torno a 4,5·1024 veces mayor que la del color rojo que vemos asociada al mutante. Ni que decir tiene que la altísima frecuencia de la luz de Cíclope no entra ni de lejos dentro del espectro de luz visible. Lo que es una lástima, porque debe de ser un espectáculo apocalíptico que me gustaría sentarme a ver en primera fila.

No, si va a ser verdad eso de que hay miradas que matan...

4 monerías:

Anónimo dijo...

Que grande la última frase!! xDD

A ver si saco tiempo uno de estos días y hago una entrada en mi blog ampliando esta entrada, que Cíclope es realmente interesante y se le pueden sacer muchas cosillas guapas :P

Armaggedon dijo...

Tan mal lo hago que sólo te gustan mis últimas frases, cuando se acaba la entrada? :(

Anónimo dijo...

No, pero es que las frases que pones al final son las que más molan. xDD

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