jueves, 12 de noviembre de 2009

Un punto azul pálido

Carl SaganEl pasado lunes 9 de noviembre de 2009, Carl Sagan habría cumplido 75 años. Para quien no lo sepa, fue uno de los más grandes divulgadores científicos del S.XX, que murió a la pronta edad de 62 años en 1996 a causa de una neumonía derivada de una larga enfermedad de la médula ósea. Una de sus grandes pasiones fue la astronomía, de la que dejó un gran legado de trabajo científico e incluso novelas (tal vez la más conocida sea Contact, que en 1997 fue llevada al cine por Robert Zemeckis estando protagonizada por Jodie Foster). Pero no es de eso de lo que voy a hablar, si no del libro titulado Un punto azul pálido.

Fue a raíz de una fotografía tomada por la nave sonda espacial Voyager 1 en febrero de 1990, a más de 6.000 millones kilómetros de la Tierra (lo que es bastante más allá de la órbita del planeta enano Plutón). La fotografía en cuestión es la siguiente, titulada Pale Blue Dot:

Pale Blue DotLo que veis en esa imagen rodeado por un círculo rojo es el planeta Tierra. Nuestra Casa. Esa espectacular fotografía inspiró a Sagan a escribir estas líneas que os pongo a continuación, que recomiendo leer a todo el mundo:

Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.

La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.

Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.

Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido.

Qué pequeños somos, ¿verdad?

2 monerías:

Unknown dijo...

Carl Sagan fue de los más grandes que ha habido, y con esa reflexión lo demuestra todavía más. Qué razón tiene en todo.

Lu, en ese puntito (un puntito aún más pequeño) dijo...

Waallllllla!!!

Qué pasada, siempre me ha gustado la astronomía, lo que tiene de impcomprensión, de descubrimiento dirario, de inabarcable, de campo de ideas y, como bien dice el texto, de humilde!

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