Saga Millenium (Stieg Larsson)

He de reconocer que desde pequeño siempre he sido un gran lector. Casi todos los días, antes de irme a dormir, acostumbro a leer un rato para conciliar el sueño. Y desde este verano lo hago con mi adorado BeBook, tal vez más impersonal pero desde luego más cómodo. Y, ya que cada mes me pongo a hacer críticas de cine como un meatintas, no veo la razón por la que no hacerlo para las novelas que leo. Desde luego no es nada profesional, sólo una manera que tengo para recomendar ciertas cosas. Y aunque mis géneros favoritos sean la novela histórica o la literatura fantástica, la verdad es que no hago ascos a nada. Es por eso que he decidido empezar estas críticas con lo último que he leído, la llamada Trilogía Millenium, del sueco Stieg Larsson.

Porque sí, por mucho que me pese, soy amante de los bestsellers. Y aunque no hubiese oído hablar de esta trilogía policíaca hasta hace unos meses, no tardé en hacerme con la primera parte. Como sabréis, la trilogía está compuesta por Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som hatar kvinnor, 2005), La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Flickan som lekte med elden, 2006) y La reina en el palacio de las corrientes de aire (Luftslottet som sprängdes, 2007), unos títulos en castellano más enfocados a su comercialización que a reflejar fielmente el significado sueco original.

La primera novela trata de Mikael Blomkvist, periodista y co-director junto a Erika Berger de la revista económica Millenium, que resulta sentenciado a prisión por difamar al empresario Wennerström. Es entonces cuando el anciano Henrik Vanger, ex-director de la multimillonaria Corporación Vanger lo contrata para investigar la misteriosa desaparición de su sobrina Harriet en 1966. Contará con la inestimable ayuda de Lisbeth Salander, una joven que tiene problemas para adaptarse a la sociedad pero que dispone de unas cualidades fuera de lo común.

La segunda novela cuenta cómo Millenium y sus colaboradores están trabajando en la publicación de un libro que removerá los cimientos de la policía y la política sueca, al desvelar importantes tramas de trata de blancas que salpican a altos cargos suecos. Pronto, todo se transforma en una auténtica caza de brujas de la que Lisbeth Salander se ve obligada a huir para esconderse de la justicia y de un pasado que intenta asesinarla. La tercera novela es continuación inmediata de la segunda, por lo que desvelar el argumento queda descartado.

Todas ellas son buenos ejemplos de literatura policíaca, aunque más bien desde un punto de vista de investigación periodística que policíaca en sí. Para todo aquel al que le gusten las tramas rebuscadas, los giros argumentales y la investigación, puede encontrar en la Trilogía Millenium 2300 páginas de una buena ración. Pero también podrás encontrar grandes pasajes de acción en los que la vida y la muerte se decide a cada salto de línea. Personalmente, me gustaron más la segunda y tercera novela que la primera, aunque se debe más a su argumento que a su calidad.

En cuanto al autor, Stieg Larsson (1954-2004), podemos decir que fue un periodista sueco que no saltó a la fama como escritor hasta su muerte. Gran perseguidor de la ultraderecha nazi, el racismo, el sexismo y cualquier tipo de discriminación, recibió varias amenazas de muerte por su trabajo periodístico. Un infarto le mató subiendo las escaleras unos días después de haber entregado a su editor su última novela, y a pocos meses de ver publicada su primera. Quizá, si el ascensor de su edificio no hubiese estado averiado ese día, sus novelas nunca hubiesen salido de Suecia. O quizá seguiría ampliando la saga con más buena literatura de ficción. Nunca se supo si tenía intención o no de continuar con Millenium.

Sus novelas han sido adaptadas a la gran pantalla, con dos de ellas ya estrenadas y la tercera y última en producción. Aún no las he visto, pero por lo que me han contado, es preferible leer primero las tres novelas completas antes de ver las películas si no quieres que te llenen de spoilers la lectura, ya que no respetan el hilo argumental de Larsson.