"Cuando no podamos explicar algo, inventémonoslo de tal forma que sea imposible demostrarlo y, por tanto, rebatirlo". No, no estoy refiriéndome a la frase bandera de la pseudociencia, si no al único pensamiento que pasó por la cabeza de Danny Boyle cuando estaba trabajando en la película Sunshine (2007), la última vista hasta ahora en la asignatura Física en la Ciencia Ficción, cinta de la que sólo destaco su banda sonora (que ni siquiera es suya, como ya despotriqué aquí). El caso es que ha llegado el momento de echar por tierra la física en la que esta película se basa, por si acaso había alguien que pensaba que era posible.
El Sol se está apagando. Bajo este problema se centra la trama de Sunshine, sin tener en cuenta, para empezar, que para eso faltan 4500 millones de años. La solución que plantea la humanidad no podía ser otra: explotar una señora bomba nuclear en el núcleo solar para, literalmente, "crear una estrella dentro de otra estrella", encender el Sol como si accionasen un interruptor. La nave, como no podía ser de otro modo en este tipo de producciones, está tripulada. Suponiendo (que ya es mucho) que la nave lo logra, suelta la bomba, llega a su destino y explosiona, ¿podría salvar a la humanidad? Averigüémoslo.
Para empezar, nos dicen que la bomba que llevan tiene la masa de la isla de Manhattan, que tiene un área de 59,5 km2. Como no podemos hacer otra cosa, supongamos que le otorgamos a la isla una tercera dimensión de 100 metros. Redondeando, nos encontramos con 6·109 km3 de volumen. Basta multiplicar ese dato por la densidad de 2700 kg/m3 que tiene la corteza superior terrestre para darnos una masa de 1,62·1013 kilogramos.
Pues bien, suponiendo que toda la masa de la bomba se transforma en energía, gracias a la famosa expresión de Einstein que nos da la equivalencia entre masa y energía, E = m·c2 siendo c la velocidad de la luz en el vacío (aproximadamente 3·108 m/s), podemos obtener que en la explosión se liberan 1,458·1030 Julios de energía. Comparémoslo con la energía que emite el Sol.
Por suerte, la Wikipedia nos da ya el dato: 9,15·1010 megatones por segundo, o lo que es lo mismo, 3,825·1026 Julios por segundo. ¿Qué nos dice esto? Pues que, dividiendo los dos datos, el Sol tardaría 3812 segundos en generar la energía que desprende la bomba manhattaniana. En otras palabras, la explosión de Sunshine sólo salvaría a la humanidad durante poco más de una hora.
Y los astronautas veinte meses en el espacio para dar a la gente una hora más. Pa' mí que iban engañaos...
1 monería:
Y tan engañaos!! xDD Además de que para "reactivar el Sol" haría falta Hidrógeno y Helio, no una bomba nuclear. Tengo pendiente una entrada del funcionamiento del Sol que seguro que sirve como complemento para este artículo de FCF :P
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