Animales fenomenales

Vagando un poco por el ancho mundo de Internet, me topé con una lista de los siete animalas más fenomenales de la historia. No hablaré del perro artista Tillamook Cheddarm, o de Oliver el híbrido de chimpancé y humano, sino de otros tres casos realmente curiosos. ¿Quieres verlos?

Mike la Gallina, de Florida, tenía cinco meses y medio cuando su dueño Lloyd Olsen decidió un 10 de septiembre de 1945 que Mike sería la cena. Pero algo extraño pasó durante su decapitación, ya que Mike seguía vivo tras perder la cabeza. Algo que puede que no nos suene demasiado raro ya que se han dado muchos casos, pero lo especial de Mike es que consiguió sobrevivir 18 meses sin cabeza. Mike fue llevado por sus dueños por todo el país, como animal de exhibición, y pasó a ser llamado "Mike the Headless Chicken".

Fue fotografiado por decenas de revistas y periódicos de la época, llegando a aparecer en las afamadas Time y Life. Olsen llevó a su gallina a la Universidad de Utah, donde fue establecida la autenticidad del fenómeno. Mike murió una mañana de marzo de 1947, tras año y medio de vivir sin cabeza y dejando un montón de fotografías a su paso. Hoy día se rinde homenaje a Mike una vez al año con un festival que lleva su nombre.

Cacareco el Rinoceronte era un animal más del zoo de la ciudad brasileña de São Paulo más hasta que en 1958 fue elegido candidato a la alcaldía por un grupo político que quería protestar contra la corrupción política de la ciudad. Aunque la candidatura de Cacareco no fue aceptada legalmente, lo cierto es que el rinoceronte consiguió más de 100.000 votos, muchos más que cualquier otro partido político, "ganando" las elecciones.

Oscar el Gato fue adoptado por el personal de la tercera planta de un centro geriátrico de Rhode Island para casos terminales, en el que los pacientes iban a pasar en las mejores condiciones posibles sus últimas semanas de vida. Seis meses después, las enfermeras notaron que Oscar tenía una capacidad fuera de lo común, ya que sabía qué pacientes estaban cercanos a la muerte: se tumbaba en la cama de la gente durante sus últimas dos horas de vida.

Llegó incluso a superar los diagnósticos de los médicos, que en un caso concreto creyeron que un paciente estaba a punto de morir y les extrañó que no estuviese Oscar junto a él. Pero el paciente no murió hasta pasadas diez horas, y no fue hasta las dos últimas cuando el gato se tumbó junto a él. Su fama llegó a tal punto que cuando los doctores veían al gato en la cama de alguien, inmediatamente llamaban a la familia del paciente para comunicarles la mala noticia. Los enfermos temían que el gato entrase a su habitación, ya que eso significaba que el final estaba cerca.

Curiosos estos animales, ¿verdad? Para los más escépticos, he de haceros saber que la página de donde saqué estos casos está totalmente libre de hoaxes. Increíble.