No suelo hablar mucho de las series que veo (de hecho, creo recordar que en los casi tres años que llevo con este blog, sólo hice reviews de tres series), pero creo que la ocasión lo merece. No por estar por encima de otras, o por tener un presupuesto o actores que se salgan de la norma, si no por ser una serie que poca gente conoce, de la que apenas se habla y de la que no se tienen muchas expectativas si oyes hablar por encima de ella. Me estoy refiriendo a Spartacus: Blood and Sand. ¿Te suena? A no ser que seas muy aficionado a las series y no te pierdas noticias de ninguna de ellas, dudo que la conozcas. Vamos a remediarlo.La historia comienza cuando un pueblo tracio se ve envuelto en las guerras de Roma tratando de conquistar Escitia, poniéndose de lado del Imperio debido a promesas de paz. Pero cuando los romanos rompieron el acuerdo, los tracios se revelaron contra ellos, provocando la captura de un guerrero tracio que fue vendido como gladiador bajo el nombre de Spartacus a un ludus de la ciudad romana de Capua. Allí deberá enfrentarse a vida o muerte a multitud de gladiadores como espectáculo para el pueblo,, mientras intenta ganarse su libertad para encontrar a su esposa.
Que nadie se deje engañar por los dos primeros capítulos (tenéis el tráiler aquí), para mi gusto son los peores. Querían vendernos la serie como una mezcla de 300, Gladiator y la serie Rome, y el resultado fue horrible: cámaras lentas ridículas, exagerados chorros de sangre, senos femeninos sin sentido... Odié los dos primeros capítulos. Pero decidí darle una segunda oportunidad con el tercero. Éste me animó a ver el cuarto. Y ya no hubo vuelta de hoja.
Porque lo que engancha al público a una serie no son los efectos especiales, no es el sexo desinhibido, no es la estética tipo cómic, ni tampoco la violencia gratuita. Lo que engancha al público es el argumento. Y esta serie lo ha demostrado con creces cuando dejó de lado lo que pensaba que iba a darle el éxito. Y sí, los efectos especiales ayudan, la poca censura ayuda, las peleas a muerte entre gladiadores ayudan. Pero ver a Spartacus luchar junto a sus amigos y enemigos por recuperar lo que le arrebataron, gana por goleada a todo lo demás.
Acabo de terminar de ver la primera temporada de trece capítulos (todo hay que decirlo, en formato HDTV 1080p), y el último capítulo ha sido espectacular. Giro argumental que, aunque se veía venir, no deja de impactar. La serie tiene el mundo abierto para una segunda temporada. Si es que la hay.
Pese a que Spartacus fue renovada incluso antes de emitirse su primer episodio, hace unas semanas diagnosticaron a su protagonista Andy Whitfield cáncer linfático. El futuro de la serie, así como la salud de Whitfield, está en el aire. Es exactamente el mismo tipo de cáncer del que se está recuperando Michael C. Hall (el protagonista de Six Feet Under y de Dexter), así que esperemos que todo evolucione favorablemente. Por lo pronto, la cadena está preparando una precuela de seis episodios en la que se muestre el pasado de Spartacus, lo que dará más tiempo a su protagonista para recuperarse del cáncer, a la vez que aprovechar el tirón que ha conseguido.
Esta serie se trata de la primera producción propia de la cadena privada americana Starz, y la cosa les ha salido redonda: récords de audiencia como nunca antes habían visto. Y pronto darán mucho de qué hablar, ya que tienen en producción varias series históricas; de hecho, en junio se estrena la miniserie de ocho capítulos basada en el best seller de Ken Follet Los pilares de la Tierra (The Pillars of the Earth, 1989), de manos de los hermanos Tony y Ridley Scott, y el tráiler se presenta espectacular:
Que nadie se deje engañar por los dos primeros capítulos (tenéis el tráiler aquí), para mi gusto son los peores. Querían vendernos la serie como una mezcla de 300, Gladiator y la serie Rome, y el resultado fue horrible: cámaras lentas ridículas, exagerados chorros de sangre, senos femeninos sin sentido... Odié los dos primeros capítulos. Pero decidí darle una segunda oportunidad con el tercero. Éste me animó a ver el cuarto. Y ya no hubo vuelta de hoja.
Porque lo que engancha al público a una serie no son los efectos especiales, no es el sexo desinhibido, no es la estética tipo cómic, ni tampoco la violencia gratuita. Lo que engancha al público es el argumento. Y esta serie lo ha demostrado con creces cuando dejó de lado lo que pensaba que iba a darle el éxito. Y sí, los efectos especiales ayudan, la poca censura ayuda, las peleas a muerte entre gladiadores ayudan. Pero ver a Spartacus luchar junto a sus amigos y enemigos por recuperar lo que le arrebataron, gana por goleada a todo lo demás.Acabo de terminar de ver la primera temporada de trece capítulos (todo hay que decirlo, en formato HDTV 1080p), y el último capítulo ha sido espectacular. Giro argumental que, aunque se veía venir, no deja de impactar. La serie tiene el mundo abierto para una segunda temporada. Si es que la hay.
Pese a que Spartacus fue renovada incluso antes de emitirse su primer episodio, hace unas semanas diagnosticaron a su protagonista Andy Whitfield cáncer linfático. El futuro de la serie, así como la salud de Whitfield, está en el aire. Es exactamente el mismo tipo de cáncer del que se está recuperando Michael C. Hall (el protagonista de Six Feet Under y de Dexter), así que esperemos que todo evolucione favorablemente. Por lo pronto, la cadena está preparando una precuela de seis episodios en la que se muestre el pasado de Spartacus, lo que dará más tiempo a su protagonista para recuperarse del cáncer, a la vez que aprovechar el tirón que ha conseguido.Esta serie se trata de la primera producción propia de la cadena privada americana Starz, y la cosa les ha salido redonda: récords de audiencia como nunca antes habían visto. Y pronto darán mucho de qué hablar, ya que tienen en producción varias series históricas; de hecho, en junio se estrena la miniserie de ocho capítulos basada en el best seller de Ken Follet Los pilares de la Tierra (The Pillars of the Earth, 1989), de manos de los hermanos Tony y Ridley Scott, y el tráiler se presenta espectacular:
Cómo me gustan las series...


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¿Qué fue de aquellos tiempos en los que los videojuegos de 8 bits en dos dimensiones nos daban horas y horas de diversión? Decir que estaban pixelados, aunque cierto, no cabía decirlo. Era todo lo que había, y bien contentos que estábamos con ellos. Por suerte, muchos de ellos siguen vivos hoy día mediante emuladores o gracias a nuevas versiones publicadas en páginas de minijuegos flash en línea, dándonos unos minutos de entretenimiento y viejos tiempos de vez en cuando. Los ya míticos Tetris, Mario Bros., Pac-Man, Space Invaders, Arkanoid o Donkey Kong, entre otros cientos, forman parte de la infancia de toda una generación. Es una lástima que poco a poco vayan cayendo en el olvido en esta era de gráficos ultra modernos, y parece ser que no les ha sentado demasiado bien. Los píxeles siguen vivos. Y están atacando el planeta.
, 2008) [
Acción bélica estadounidense dirigida por Kathryn Bigelow. Cuando fallece el sargento Thompson, líder de una brigada de desactivación de explosivos en Irak, el mando queda en manos del temerario sargento William James (Jeremy Renner). Su imprudente comportamiento, que pondrá a su equipo en muchas situaciones de riesgo, hará que sus subordinados se planteen seriamente el riesgo que corren junto a él.
Aunque el argumento sea más bien "el día a día de la brigada", sin una trama específica con argumento, nudo y desenlace, nadie podrá negar que es una de las mejores películas bélicas de los últimos años. Una fotografía y un sonido muy cuidado que hacen que la experiencia Blue-Ray se engrandezca al máximo. Nominada a nueve Oscars, fue la ganadora de seis, incluyendo dirección y película.
Acción fantástica estadounidense dirigida por Tim Burton. El cuerpo de policía de Gotham está corrupto, dejando a los gánsters campar a sus anchas con su nuevo cabecilla, llamado Joker (Jack Nicholson). Hasta que aparece Batman (Michael Keaton), una oscura figura disfrazada de murciélago, para volver a restablecer la ley, mientras la periodista Vicky Vale (Kim Basinger) intentará destapar la verdad escondida bajo la máscara. Basada en los cómics de Bob Kane.
Entretenida película que, aunque concebida para arrasar en taquilla, goza de muy buena ambientación. Fue la primera de una saga muy rentable en Hollywood, hasta que llegó Christopher Nolan con su nueva visión y rompió todos los récords. Pese a que tengamos más frescos en memoria a los personajes Bale y Ledger, no se puede pasar por alto la presencia de un siempre gran Nicholson, encarnando a un Joker más loco que bien vestido. La firma de Burton es omnipresente, tanto por esa atmósfera tétrica y grotesca como por su inseparable Danny Elfman poniendo la banda sonora.
Drama romántico estadounidense dirigido por Michel Gondry. Durante un repentino cambio de su rutina diaria, Joel (Jim Carrey) conoce a Clementine (Kate Winslet), una chica dulce y excéntrica. Lo que parecía amor a primera vista se transforma en una historia de amor marcha atrás, debido a que Clementine decide ponerse en manos de un equipo médico encabezado por el Dr. Mierzwiak (Tom Wilkinson) para borrar a Joel de su memoria mediante un extraño tratamiento.
Una auténtica maravilla de película. Sin dejar de ser una historia de amor, su guión original (que por cierto, se llevó el Oscar 2004) hacen que contarlo marcha atrás se convierta en una nueva historia que nunca nadie ha narrado. La lucha de Joel por borrar y no borrar a Clementine de su cabeza consiguen que olvidar a alguien sea sólo el principio de una relación y no el final. Bucear entre esos recuerdos, felices antes y dolorosos ahora, ponen patas arriba los esquemas de Joel y del espectador. Magnífico Carrey, brillante Winslet y excelentes secundarios como Wilkinson, Kirsten Dunst, Elijah Wood o Mark Ruffalo.
